Esta cosa extraña es un ser humano aunque no lo parezca. Puedes llamarla Arba, Gero o cualquier nombre, lo malo de lo último es que tal vez no te conteste. Nos conocimos hace unos tres años en Avenida (interesante punto de encuentro para ramireños) y aunque lo que pasa en Avenida, suele quedarse en Avenida, se ha convertido poco a poco en una personilla importante para mí, sobre todo desde que soy la Jeni, con la que he vivido los momentos más graciosos de mi vida, probablemente. Aunque pasen cosas, espero que siga riéndose de mí y yo siga odiándola porque mi madre la quiere más a ella que a mí...
La conocí en clase, y creo que al principio no le caí demasiado bien... Pero pasan cosas que hacen que todo cambie poco a poco, sin embargo siempre recordaré el donuts rosa que le regalé por San Valentín, los días en mi alfombra borrachas de agua y las cartas de amor que le escribía a M.
Todo empezó una bonita tarde de principios de 2011. El amigo de un amigo nos llevó. Poco a poco nos fuimos integrando y todo empezó con Aný (pronunciado Eini). La conocí en una de esas extrañas reuniones sociales a las que me costaba ir 30 minutos de ida y vuelta en metro. Pero merecía la pena. Poco a poco la cosa se hizo seria. Éramos amigas.
Nos fuimos conociendo cada vez más y nunca olvidaré cómo me la colaste con lo del reloj. Al menos todavía queda parado en las dos y media. Esas pequeñas confidencias que nos guardábamos mutuamente y cómo te encantaba despotricar contra gente de tu desagrado, la gente rara que nos encontramos juntas y los super abrazos que me das cuando llevamos solo dos semanas sin vernos. Después de este flechazo empezamos la época under the bridge que duró prácticamente lo que dura el verano. Pero lo sembrado no duró lo que dura el verano. Aún sigue sembrado y está floreciendo. Ahora del río Aný salen los afluentes Lois y Laura, que se han convertido en otros dos grandes ríos. El río Lois es precioso, divertido y con ojos claros. Nos hemos demostrado que podemos estar cuando nos necesitamos y eso es algo que no cambiaría.
En cambio, el río Laura es ese río que nunca crees que conocerás tanto. Me ha ayudado demasiado. Es alguien a quien adoro y a la que espero seguir viendo los suficientes años para no dejar de verla.
Estos dos individuos son los de verdad. Hermanos. Gente con la que discutes y no hace falta hablar para arreglarlo. Da gusto la gente así. Podría decir que estoy completamente enamorada de ellos.
El primero es un gentleman, una cabeza privilegiada con un humor raramente comprensible, pero que para el que lo consiga comprender puede considerarse alguien especial.
El otro es pequeño, peludo y suave, tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.
No, por suerte mi hermano pequeño no es un burro. Es igual que yo, pero en masculino. La capacidad de comprensión es mutua y aunque tenemos enfrentamientos, nos queremos demasiado como para odiarnos.
Y ahora llega el postre. Esa cosa dulce y cariñosa que sabe a sushi. Dos años han hecho que tenga una tercera hermana. Hagamos lo que hagamos no pasa nada. Siempre estamos. Hemos vivido la una con la varios de los momentos más complicados que han tenido lugar en nuestras vidas.
Gustar de las mismas cosas y no desear las mismas cosas. Esas es la verdadera amistad.
No hay frase que nos defina mejor. La verdad es que hay tantas palabras que decir que al final se quedan en pocas. Pero supongo que eso es gracias a nuestro sexto sentido telepático que hace que diciendo "dhfgiwgfqwhdasaadafllareufñc" comprendamos exactamente lo que ronda en la mente de la otra.
Esta manada de fieras sonrientes de aquí es mi nueva clase. No les conozco mucho aún, pero sé que vamos a vivir dos años increíbles y estoy impaciente por conocerles a todos tal y como merecen.
Por último, nombraré a esa gente que viene, que se va, que vuelve y luego desaparecen. Todos marcan algo, llegan a ser grandes amigos y amigas, vives momentos con ellos irrepetibles pero creo que lo importante es no arrepentirse de que sean algo momentáneo, pasajero.











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