martes, 27 de noviembre de 2012

Baja el escalón

Mira que yo nunca me creí más que una niña apenas mona, pero desde la mañana que vi esa nota en el buzón, me sentí la mujer más bella del mundo.
Él no paró de insistir hasta que me harté de no conocerle y me presenté ante su puerta devolviéndole cada una de las minúsculas pero profundas notas y cartas que me había escrito. Lo único que se atreví a decirle fue que no quería que siguiese tratándome como si fuese una princesa, porque las princesas solamente existían en los cuentos y yo quería que por una vez él fuese real.
La sinceridad hizo que bajase de la parra para que nos diésemos cuenta de la situación, saliendo de las bromas y las estupideces.
Y así fue cómo no volví a recibir nota alguna.
Pero para que te traten como a una princesa, debes haber vivido al menos el capítulo de un cuento.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Lo siento, Yang

Te pido perdón por caer y no haber podido sostener todo. Pido perdón por no ser perfecta, por no llevar el triángulo tatuado en la espalda.
Me esforzaré, lo prometo. Aunque también pido perdón por no saber esforzarme, o al menos no haber sabido hacerlo hasta ahora.
Es patético que eso es lo único que sé hacer, ¿no crees? Pedir perdón y actuar como que me responsabilizo de los actos cometidos.
No conseguí mantener nuestro pacto a la par que conseguía concentrarme cada día mientras también te veía los domingos por la tarde.
Ese es el triángulo, supongo, el triángulo que solo tiene dos lados en mi nuca.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Sal a la calle

Había ocurrido. Nadie se explicó cómo, pero tenían claro que había ocurrido.
Sus vidas habían comenzado en un punto muerto. El contador se volvió a cero. ¿Eran libres? No lo sabían. Esa completa ignorancia que nos mata por dentro era lo que gobernaba sus vidas. Solo sabían que debían actuar con normalidad al menos durante las siguientes horas. Pero, ¿y al día siguiente? ¿Debían ir a sus respectivos trabajos o colegios por la mañana?
La única respuesta que obtenían a cualquier pregunta era un intento de habla que acababa en una mirada al infinito.
Y será ese mismo día en el que cambien nuestras vidas del que todos nos acordaremos a la perfección, porque lo que necesitamos es cambiar.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Te doy besos con sabor a Neso

Cada vez que escribes una de las tuyas, tengo menos palabras para describir esa emoción que empuja a dos pequeñas salinas a salir por los lagrimales. Ya sabes que yo no lloro y únicamente siento ese empujón hacia arriba desde el estómago hasta el corazón, pero cada vez ese empujón es más fuerte y de veras creo que algún día me harás llorar.
No es solo placer el ser tu persona. También es amor porque tú eres la mía, mi hermana diabólica a la que aunque un reloj no tenga la razón de nuestra existencia, quiero y siento a mi lado, tal como quiero que me sientas al tuyo.
Por muchas veces que te regañe cuando vas pedo (cosa que no se volverá a repetir) espero pasar muchas madrugadas con palabras bonitas en los autobuses de vuelta, que nos riamos cada vez que vemos la cara de la otra al tragar el tequila y esas caminatas hasta Avenida de América en las que tenemos una lapa con pelo negro a lo Jonas brother.
Porque nuestra vida está formada por palabras de sinceridad que conllevan a abrazos reconfortantes y a una pequeña sonrisa cuando cada una se da la vuelta.
Y también imagino cómo veremos pasar carreras, trabajos, despidos, descuidos, hombres (muchos hombres) y noches en vela.
No suelo decir cursilerías, pero si tengo que tragarme mi orgullo por una vez para que se refleje bien lo que pienso, me lo trago hasta los pies y he aquí la prueba irrefutable.
Nuestros hijos se pegarán por los huesos del cocido de Navidad, ya verás.

Y si en algún momento nos perdemos, te espero en Finisterre.

PD: Lo tengo clarísimo.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Creo que voy a empezar a romperme

Y mientras de su lengua bífida brotaron palabras que más tarde fluirían en forma salina de los lagrimales de aquella mujer a quien nunca había visto llorar